jueves, 7 de octubre de 2010

Literatura Quechua

La cultura quechua o inca posee un lugar destacado en el contexto de las civilizaciones prehispánicas. Apoyados en su fuerza militar, los incas iniciaron su proceso de expansión a finales del siglo XV. Crearon un gran imperio a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el actual Ecuador hasta el norte y oeste de lo que hoy es Argentina. Eran gobernados por el inca o emperador, considerado descendiente del dios Sol.
Adecuadas al paisaje andino, edificaron ciudades de piedra. Las mejor conservadas son Cusco y Machu Picchu, en Perú.
Su economía se basó en la agricultura. Desarrollaron técnicas agrícolas, como el regadío a través de canales y acueductos, y el cultivo en terrazas construidas en terrenos inclinados y en las laderas de las montañas.
En 1531, el ejército español encabezado por Francisco Pizarra penetró en el territorio incaico. En aquel momento existían problemas hereditarios entre Huáscar y Atahualpa, dos hermanos que disputaban el trono. Esta circunstancia fue aprovechada por los españoles para conquistar a los incas.


Al parecer, los incas no conocieron un lenguaje propiamente gráfico. La literatura quechua que ha llegado a nosotros fue recuperada después de la Conquista por cronistas mestizos e indígenas, como el inca Garcilaso de la Vega y Felipe Guarnan Poma de Ayala, o bien recogida de la tradición oral por investigadores más recientes.
De dichas expresiones, sobresalen las de género poético y teatral.

POESÍA:
La poesía quechua puede clasificarse, a grandes rasgos, enjailli, o himno religioso, heroico o agrícola, y en aravi, expresiones de sentimientos íntimos, como eí amoroso o cantos para celebrar en festejos colectivos. Esta última forma sirvió después para expresar la tristeza y desconsuelo, en quechua y en castellano, en un tipo de composición llamada yaraví.
El poema Wiracocha era el nombre asignado al dios Sol. Los atributos divinos del Sol son expresados por medio de metáforas: Que la alegría de tus ojos/ venga en el alba, donde se establece la equivalencia entre luz del día y alegría de tus ojos.
Así mismo, si consideramos que para los incas el Sol también simbolizaba la dinastía real, podemos pensar en una posible inclusión de la familia del gobernante en la expresión y que tu sempiterna voluntad/ sea la única que florezca.

TEATRO:
Ollántay es un drama inca, de autor anónimo, escrito en lengua quechua y descubierto en el siglo XVIII. La versión que se conoce es del padre Antonio Valdés, sacerdote de Cusco, quien en 1770 la escribió, luego de recogerla de la tradición oral de los indígenas. El argumento de Ollántay refiere las hazañas de este personaje indígena que sintetiza la dignidad quechua y sus amores con Estrella, hija del rey de Cusco.